Mujer en una pose sensual e intima.
Prosa Erótica Contemporánea

 

Así que disfrutas mi acento. Es curioso, yo verdaderamente disfruto tus gemidos.

Son sinfonías no clasificadas en la historia musical, que merecen un Grammy.

Esta noche romperemos tantos récords que tu boca cantará de alegría y placer.

Qué minuciosa manera de acomodarte en el sofá, para ser sumisa a mis antojos.

Tengo tanta volatilidad con lo estéticamente sensual, y tú me torturas de ganas apenas me buscas o me hablas.

En este templo, tú siempre serás la única Diosa, la que me espera en nuestro privado trono.

Con tus contornos entrenados con el peso del amor propio…

Te preparas, sin embargo, esto es más rico que tu rutina de sentadillas.

Aquí tus expectativas fueron superadas en cuatro, por la asimetría de ciertas partes de mi piel.

Usas tus manos y, sin embargo, queda espacio para más placer.

Usas tu lengua y tu boca y, sin embargo, te falta voz y un empujón para tocar fondo.

Pero descuida, no es que te vayas a arruinar… Es que pedirás a gritos que no lo saque.

Un preludio suena así de rico…

Pero la entrada fuerte requiere que con mis manos te lace ese cabello.

Y empuje mi alma contra la tuya como si fuéramos a vernos en otra vida.

Sientes y resientes cada choque, una concupiscencia no deseada, pero disfrutada sin arrepentimientos.

El sudor es parte del juego: las gotas recorren tu espalda y otros hermosos lugares.

Mi lengua se quita la sed a orillas de tu cuello.

Sabio es aferrar las manos a las sábanas para no salir despedida. Pero tranquila, tengo seguridad sujeta en tus caderas, en tus exquisitos senos y, a ratos, en tu cuello.

No puedo describir la sublime vista detrás de ti, pero sí que disfrutas gemir… y yo, el hacernos venir.

Trabajo en equipo: resultados que empiezan por nuevas notas musicales en OR, corren en GAS y suspiran en MOS.

—¡Cambiamos de posición! Es una orden, no una pregunta.

Vienes sonriendo. Eso me gusta.

Y en el mismo bendito sofá donde incontables veces comí de tu fruto…

Me siento como un rey sobre este y te dejo, Reina, venir gateando a sentarte frente a mí, sobre tu trono.

Cruzas tus manos entrelazadas en mi cuello, sin dejar de mirarme a los ojos y quizás hasta el alma, con total entrega y deseo.

Mientras yo me encargo de apretar ese delicioso culo de realeza con estas manos venosas y estéticas.

Para subirte al cielo y bajarte al infierno en repetidos momentos.

Hasta que mis demonios despiertan y me levanto contigo aún danzando.

De pie, contigo así, abierta como una flor de loto, que siente cómo la hago levitar con todo el apetito que conoce un auténtico lobo.

Mujer en una pose sensual e intima.

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“Delicioso” es un relato de Prosa Erótica Contemporánea donde el deseo, la pasión y la entrega se funden en una sinfonía de placer indescriptible.

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